¡Que se vayan todos¡ El silencio nos hace cómplices

El descarado comportamiento machista mostrado sin complejos por el Pte. Federación Fútbol ha generado un revuelo tremendo. El asunto llena páginas de la prensa, horas de la tele, y tanto el progresismo mediático como el conservador coinciden en que L. Rubiales tiene que dimitir. Pero Luis Rubiales no dimitió y pasó a la ofensiva. Convocó una Asamblea Extraordinaria y culpó del revuelo mediático al ‘falso feminismo’ (identificándolo con I. Montero, I. Belarra y Y. Díaz, ministras de Podemos y Sumar); el ‘falso feminismo’, dijo, querría destruirle, ‘asesinarle socialmente’. No piensa dimitir y buscó la complicidad de los ‘mandamases’ del fútbol para su ofensiva machista-reaccionaria. Según Rubiales fue la jugadora quien iniciara el roce de los cuerpos y él sólo se dejó llevar. Vamos, que fue una provocadora y la culpa fue suya. Idea clave del machismo: la culpa fue de ella que iba enseñando el culo con la minifalda; la culpa de ella que no se resistió lo suficiente. La culpa fue que provocan.

Los asistentes apoyaron y aplaudieron a su Presidente, quién sería una víctima del ‘feminismo radical’ que acosa a todos los hombres. Rubiales, con descaro y chulería, preparaba su batería defensiva. Allí mismo ofreció a J. Vidal, Entrenador Fútbol Femenino, ampliación contrato 4 años subiendo salario de 180.000 a 500.000 euros/año. Éste aplaudió fervoroso a su Presi.

Toda la prensa y las teles, con sus opinadores habituales, coinciden -salvo excepciones- en que dimita y vuelva la paz al fútbol, que tantas alegrías aporta a las clases modestas y sufridoras de la población. Progresistas y conservadores coinciden: que dimita por sus actos machistas y soeces (además, ¡delante de la Reina y de la Infanta¡). Que no se repita tal bochorno y vuelva la normalidad futbolera a los campos y a los hogares cada semana.

Como siempre, los medios concentran su ruido sobre las expresiones más descaradas y pasan de puntillas sobre los ‘problemas estructurales’ que muestran estos sucesos.

El anterior Presidente de la Federación de Fútbol tuvo que marcharse por la acumulación de escándalos de corrupción. El señor Villar se fue. Tras una pausa, fue sustituido por Rubiales, otro de los jefes de la camarilla corrupta que gestionaba y gestiona el negocio del fútbol. No obstante, el Gobierno de turno prometió que ya no volvería a suceder. Durante un tiempo, pues pasada la tormenta volvieron a las andadas. La corrupción salpicaba a la cúpula federativa semana sí semana no, y la tolerancia de la prensa, del Gobierno de turno y las demás instituciones, fue clamorosa. Incluso cuando alguna competición española (‘una de las mejores competiciones del mundo’ se presumía) fue vendida para realizarse en Qatar o Arabia Saudí, los ‘españolistas’ tragaron saliva y abrieron su chequera. El negocio es el negocio. La Federación de Fútbol generaba mucho dinero y se repartía a manos llenas entre las principales instancias que participan del tinglado. Además de los grandes equipos, recordemos que las grandes empresas del IBEX 35, fondos de inversión especializados, televisiones, etc, reciben parte de las ganancias que mueve el ‘deporte de masas’ por excelencia. Millones de personas acuden a los campos pagando caras entradas, otros tantos abonan suscripciones televisivas, la publicidad invierte millones de euros semanales… El fútbol hace tiempo se ha convertido (y afecta a todo el deporte) en una industria mundial. Una industria peculiar, pero una industria donde la lógica capitalista funciona similar a otras industrias. Grandes capitales invierten en este negocio y exigen rentabilidades. Si aumenta la rentabilidad que la SuperCopa española salga del ‘suelo patrio’, pues váyase fuera. Que se juega en países gobernados por dictaduras represoras, ¿y qué?  Las inversiones capitalistas requieren que se ‘superen’ prejuicios si limitan altas y rápidas rentabilidades.

La industria del fútbol está carcomiendo un hermoso y popular deporte. El negocio lo corroe.  Los equipos, en especial los grandes -que son el modelo- se gestionan como una empresa multinacional más. La concentración de capital en torno a los grandes equipos acapara la mayoría de los beneficios que genera la industria futbolera, como sucede con la industria bancaria (B. Santander, BBVA, la Caixa, etc.), con la industria petrolera-energía (Repsol, Enagas, Naturgy, etc.). Convertidos los equipos en consorcios empresariales se rigen por sus normas, cotizan en Bolsa y especulan igual que otros consorcios. Compiten y los ‘grandes’ van desplazando del negocio a las empresas futboleras de menor tamaño. Recuérdese el intento de crear una Liga Europea especial y exclusiva para los grandes consorcios futboleros. Aplican la tendencia mundial que domina el capitalismo hoy: la acelerada concentración de los grandes para monopolizar el mercado y acaparar los beneficios. No sólo el Barcelona es ‘algo más’ que un equipo de fútbol.

La transparencia en la gestión, las regulaciones contables, el respeto a los valores democráticos (de los que alardean  los ‘países libres’, dicen), todo ello son pamplinas que limitan y dificultan las ganancias. La corrupción es, entonces, la única norma que facilita las mayores rentabilidades. Y la Federación de Futbol es un nido de corrupción, igual que son todos los grandes consorcios empresariales.

La lógica del capital todo lo corrompe. El fútbol se ha mercantilizado a tal extremo que… si quienes disfrutan este deporte no se organizan y ponen freno, acabará descomponiéndose. Y allí donde el capital se concentra y sin escrúpulos busca rápidas ganancias, no es casual que adopte las formas más rancias y reaccionarias de gestión. Y la FF española no es una excepción. No es casual que corrupción y machismo vayan de la mano, no es casual que el capitalismo y el patriarcado se retroalimenten uno a otro. Capitalismo patriarcal, patriarcado capitalista.

De estos ‘problemas estructurales’ no hablan las teles, la prensa ni los tertulianos habituales. Que dimita Rubiales y vuelva todo a la normalidad. Pero hace varios meses 15 jugadoras de la Selección Femenina de Fútbol expusieron los problemas que sufrían con el entrenador Jorge Vidal. ¡Le pedían a Rubiales que frenara los excesos del entrenador¡  Fueron apartadas del equipo. Aunque varias retornaron antes del Mundial, el poder del entrenador -y su comportamiento- fue reforzado. La tocada de genitales de Rubiales (celebrando el gol de la española) ha ocultado cómo celebró su alegría el entrenador: abraza a su ayudante y la manosea el pecho con un descaro total.

Si Rubiales y Vidal se comportan así en público y ante las cámaras de medio mundo, ¿cómo serán sus comportamientos de puertas hacia dentro? Tanta desfachatez machista, con tanto descaro, resulta repugnante. Si el machismo descarado es vomitivo, no menos peligroso resulta el machismo ‘moderado’, tan extendido.

No descartemos que quienes el viernes aplaudieron a Rubiales, el sábado o el domingo se distancien e incluso repudien el comportamiento del Presi.  Si el árbol cae y ya no da sombra, buscarán seguir a cobijo con el sustituto.

Alguna prensa progresista indignada ahora con Rubiales, callan que el discurso de éste contra el ‘falso feminismo’ imita el razonamiento del Presidente socialista P. Sánchez contra el ‘falso feminismo’ que tanto ‘molestaba a sus amigos’ de 40-50 años. La ley de Sólo Sí es Sí. ¿Lo recuerdan?

La misma prensa, progresista o conservadora, que al día siguiente de la victoria de las jugadoras lleva a su portada… ¡la foto del entrenador¡

El diario deportivo AS, propiedad del progresista Grupo PRISA- El País, ofrece y resalta la victoria del macho alfa, el jefe de la manada deportiva. Todo el mérito para él. Detrás de tan gran éxito… ¡hay un hombre¡ El diario MARCA, propiedad del conservador y opusdeísta Grupo Recoletos-El Mundo, ofreció la misma portada, aprovechando para lavar la honorabilidad del entrenador, cuestionada con la ya olvidada carta de 15 jugadoras en 2022…

Esto es machismo igualmente nocivo, aunque se exprese con formas más civilizadas. Es el machismo ‘encubierto’, de baja intensidad, socialmente normalizado. El machismo descarado no existiría sin la complicidad del moderado.

La sexualización del cuerpo de las mujeres y el machismo ‘suave’ lo tenemos tan normalizado que nos pasa desapercibido. La mayoría de los hombres consciente o inconscientemente lo asumimos como algo natural. Apenas reaccionamos.  Por ejemplo, observen estas imágenes de jugadoras de voleibol en un campeonato femenino…

Observen ahora estas otras imágenes del mismo campeonato de voleibol masculino.


Mismo deporte y… ¿aprecian algo curioso en la vestimenta de unas y otros? ¿Algo llamó su atención?

Veamos otro deporte, por ejemplo el voley playa. Imagen de un campeonato masculino de voley playa…

Pantalón corto y camiseta de tirantes. Normal. ¿No? Veamos otras imágenes del mismo deporte.

¿Aprecian alguna diferencia? La sexualización del cuerpo femenino están tan naturalizada que los hombres apenas la apreciamos. La diferente vestimenta la deciden y la imponen los organismos internacionales de estos deportes. ¿Es una casualidad que la vestimenta sea diferente para hombres y mujeres? Observen esta foto de un medio deportivo que recoge el podio de las ganadoras del campeonato femenino.

¿Imaginen la foto del mismo podio masculino? El machismo en su versión ‘moderada’, progre, igualitario, liberal, sigue tan vigente como siempre. Y con su tolerancia, su complicidad, facilita la ofensiva del machismo rancio, soez, misógino, homofóbico, fascista. Los hinchas ultras que patrocinan los propios clubes son los más aguerridos y los campos de fútbol recogen habitualmente insultos racistas, machistas, saludos y símbolos fascistas. ¿Es una casualidad? Creo que no. ¡Ayudan a intimidar al equipo contrario y a ganar los partidos¡ Ganar los partidos ya no es un afán deportivo,  es un objetivo que ofrece beneficios. Ganar como sea. Si resulta necesario, los demócratas gestores alentarán grupos fascistas para que atemoricen al equipo contrario; al enemigo en la jerga periodística deportiva, cuyas expresiones militaristas se han extendido y normalizado: encañonó a portería, fusiló al portero, derribó la barrera defensiva… Estas ‘escuadras ultras’ crecieron por medio mundo en década 1990 y continúan presentes. Organizan batallas campales y aterrorizan dentro de los campos.

Quienes culpan del auge del machismo rancio a VOX, se equivocan. El Real Madrid, el Barcelona, el Sevilla, el Valencia, etc., no son VOX y ya fomentaban la presencia de hinchas ultras, racistas y misóginos, años antes de la creación de VOX. Ayudaban a ganar partidos y ayudaban a aumentar los beneficios. Y ésta es la lógica que está aplicando el capital en todos los sitios. El auge ultraderechista, racista, machista  y fascista se presenta como un misterio. ‘Algo pasa’ en la sociedad cuando crecen las ideas reaccionarias. La culpa sería de ‘algunos hombres’ que se resisten a cambiar y no aceptan la igualdad de géneros, la igualdad racial, etc. Hombres reacios e ignorantes, mayoritariamente de clases bajas. El tío Paco, el tío Juan, que se juntan en el bar y… Y cuando mencionan a personajes como D. Trump, Bolsonaro, Meloni, Abascal, etc., se les valora como ‘excéntricos’. Payasadas fuera de tono. Pero, por ejemplo, el payaso D. Trump integraba y fue apoyado financieramente por los grandes magnates de EEUU. Directivos de Google, Amazón, Facebook, Microsoft, General Motors, Goldman Schas, BlackRock, etc, etc., apoyaron el cambio en la gestión del capitalismo globalizador que impuso D. Trump: proteccionismo patriótico y creación de bloques y guerras comerciales. Trump se fue pero este modelo ha continuado: aumento del militarismo, el refuerzo de la OTAN, la guerra de Ucrania… La fuerza bruta sustituyó a la diplomacia.

NO, el auge ultra, misógino, racista, no es culpa del ignorante tío Paco. Quienes patrocinan a los ultras, al fascismo, están sentados en los consejos de administración de las grandes multinacionales, de los grandes consorcios financiero-industriales. La crisis de rentabilidad que arrastra la economía mundial exige métodos más duros de gestión, exige menos concesiones, menos consensos. Si la desigualdad social aumenta en todo el mundo tal vez sea consecuencia de que la concentración financiero-industrial aumenta en todo el mundo. Ricos aumentan su riqueza y pobres aumentan su pobreza. Este es el mundo real que tenemos y que se agrava año a año. Las condiciones de vida se deterioran y la inseguridad crece. Crecen la precariedad, las horas de trabajo, los bajos salarios, la violencia institucional, las prestaciones y los servicios públicos se van recortando… El capital necesita reducir las condiciones de vida de la fuerza de trabajo, necesita incrementar la explotación y la plusvalía. Y lo está consiguiendo con bastante éxito. Las legislaciones, las regulaciones y normativas pactadas, son trabas que limitan las ganancias. Las mismas democracias liberales y el respeto a sus leyes constitucionales se incumplen con descaro y se sustituyen por Estados fuertes que ofrezcan garantías… de negocio. El capital se hizo intolerante (‘iliberal’ dicen) y no acepta limitaciones a su urgente necesidad de rentabilidades. Las democracias capitalistas siendo sustituidas sin complejos por descaradas dictaduras del capital. En este contexto se encuentran las razones que explican el acelerado auge ultra, fascista, racista, machista, homófobo…

Si, disculpen la extensión, ya volvemos al machismo patrio. Estoy indignado con el posmachismo liberal-progresista que domina nuestras mentes. Que dimita Rubiales… y ¡QUE SE VAYAN TODOS CON ÉL¡ Que el fútbol se juegue y retorne como deporte. Fuera los mercaderes del fútbol.  Que acabe la mercantilización que todo lo corrompe.

Artículo de Gustavo Acevedo, afiliado del Sindicato Único de Tenerife de CGT.